Temperamento acomodaticio, espíritu conservador,
tradicionalista, convencional. Excesiva tendencia a los compromisos, a la vida
fácil y al lujo. Encanto, simpatía. Amor por la familia y el bienestar.
Disarmónico: Apego morboso a las personas. Inconstancia,
sobrevaloración del éxito. Testarudez, fanatismo.
JÚPITER EN CANCER. El efecto total de Júpiter tanto para el
bien como para el mal nunca se manifiesta en la mitad de la vida y este es
especialmente el caso cuando está colocado en la casa cuarta o el signo cuarto,
Cáncer. Cuando está bien colocado da una disposición excesivamente bondadosa y
cortés que hace que estas personas estén en paz con todo el mundo, estando
además dotadas de una imaginación viva y fructífera, un soñador de sueños
utópicos y amante del ocultismo y del misticismo. Hay también, no obstante
esto, un lado práctico en la naturaleza de estas personas que las hace
ambiciosas para alcanzar éxitos mundanos y afortunadas en sus inversiones en
casas, tierras o minas, de modo que acumularán riquezas y estarán bien
acomodadas, especialmente después de pasar la mitad de la vida. Estos aspectos
indican también que la persona puede recibir mucha ayuda de sus padres durante
su vida y una herencia después de su muerte. Júpiter en Cáncer hace a la persona
muy aficionada a los placeres de la mesa, pero si está bien aspectado el nativo
se mantendrá dentro de tal límite que la salud no sufrirá. Si, no obstante,
Júpiter está afligido, inclina a una glotonería desordenada que generalmente
corrompe la sangre y causa las enfermedades, protuberancias y afecciones
propias de tal condición.
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