JÚPITER EN LEO da una naturaleza ciertamente noble,
combinada con bondad y coraje, confianza propia y lealtad; compasiva,
misericordiosa y justiciera. Indica, en resumen, un modelo de virtudes que no
halla quien lo supere. Da una abundancia de vitalidad y una constitución fuerte
de modo que el nativo es un caudillo tanto física y moral como espiritualmente,
sin que en ningún momento estas personas estén contentas en seguir el dictado
de nadie. Estas personas anhelan empleos de confianza y responsabilidad, cuanto
más elevados mejor. Siempre son ecuánimes en todas las ocasiones y nunca abusan
de la confianza que se ha puesto en ellas. Tales personas tienen una cultura y
refinamiento innato, son aficionados a todas las cosas que tienden a la
elevación de la humanidad. Son religiosos y sinceros; seguros de vencer y de
ganar el reconocimiento, así como de tener éxito por medio de sus inversiones
especulativas. Cuando Júpiter está afligido en Leo la persona se hace cruel y
sensual con una afición anormal hacia los placeres y sujeta a pérdidas por
inversiones especulativas y juegos.
Leo es un elemento de fuego y destaca, por lo tanto, por su
asombroso potencial de energía, su inmenso afán de acción y renovación, y su
espíritu entusiasta y honesto. El elemento de fuego es radiante, ardiente y
expresivo, dedicándose principalmente al descubrimiento y cumplimiento de
posibilidades futuras, y nos otorga la energía que necesitamos para llevar a
cabo nuestros deberes diarios.
Con Júpiter en Leo, buscas el crecimiento interior y
exterior por medio de la actividad creativa, expresando tu vitalidad exuberante
y animando a otros. Te encantaría elegir una profesión que fuese expresiva y
creativa. Siempre dramático, eres el actor y vendedor nato –de naturaleza
cálida, gregaria y ruidosa–. Un tanto orgulloso, sientes la necesidad de
expresar tus sentimientos y emociones abiertamente, con la esperanza de que
tengan un efecto en los demás. Te sientes destinado a ocupar posiciones de
liderazgo, convencido de tu valor interior, pero debes evitar desarrollar una
fe excesiva en la importancia de tu propio papel.
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