jueves, 10 de marzo de 2016

LOS PLANETAS EL SOL

El Sol              

El Sol es el centro de nuestro sistema solar, y todos los planetas se mueven en órbitas elípticas alrededor de esta estrella fija que parece pasar cada día delante de la Tierra de Este a Oeste. A una distancia de 149-600-000 kilómetros. Podría contener en su interior 1, 3 millones de planetas como la Tierra. Masa: 1,9910,33g. Densidad; 1g/cm3 (es mayor que la del agua). En su Centro puede llegar a l60 g/cm3. Luminosidad: energía electromagnética que irradia por segundo) 4x10,23kw. Distancia de la Luna 384.000 km (de media). Su rotación es de carácter diferencial. Oscila entre los 27 días en las zonas cercanas al ecuador heliográfico y los 32 que alcanza en las regiones polares.

El Sol parece a nuestros ojos como un pequeño disco brillante en el firmamento, pero en realidad es enorme, ya que tiene un diámetro de 1,39 millones de kilómetros y así es casi 700 veces mayor que todos los planetas juntos. Naturalmente, el Sol fue el principal cuerpo celeste observado por el hombre y, por lo tanto, ocupa un lugar importantísimo en todas las mitologías. El Dios griego Apolo era la personificación del Sol y fue adorado como la fuente de la fuerza vital, iluminación y curación. Las primeras observaciones que se conocen de los campos magnéticos intensivos en las manchas solares se atribuyen a Teofrastro, (discípulo de Aristóteles (s.IV antes de Cristo) pero es en 1750 cuando se empezarán a hacer observaciones sistemáticas fiables. Las erupciones surgen cuando la reacción de toda la atmósfera solar y materia interplanetaria, se unen y consiste en una repentina emisión de energía (probablemente de origen magnético); se alcanzan temperaturas que oscilan entre los 10.000º K y los 10.000.000º K. El Sol dejará de brillar dentro de unos 5.000 millones de años aproximadamente. Dentro de varios miles de millones de años, y durante un breve lapso de tiempo -unos mil siglos-, en lugar de nuestro sistema solar, habrá posiblemente, una nebulosa planetaria.

En la astrología el emplazamiento del Sol revela la cualidad básica de nuestra conciencia. Es el factor central de nuestra personalidad, del mismo modo como el Sol es el centro de nuestra galaxia. Por esa razón, nos identificamos tanto con el signo solar. Si nuestro sol está en Piscis, nos consideramos Piscis. Si está en Aries, pensamos que somos Aries. No cabe duda que el sol es muy importante para el análisis astrológico, pero no debemos olvidar que es un solo factor entre muchos. Un Sol bien emplazado y aspectado otorga a su nativo alegría, confianza y buena salud. Tiene una afinidad natural con el signo Leo, el cual comparte muchos atributos con el Sol.

Según Kabaleb el Sol tiene una doble función: por su polo positivo se manifiesta como Voluntad Creadora. Por su polo negativo integra a la Conciencia los frutos de las experiencias vividas. El Sol recoge las pulsiones de nuestro Yo Eterno y las de nuestra personalidad emotiva y las proyecta sobre nuestro intelecto para que estudie la manera de llevarlas a la práctica. Por ello la posición del Sol en un tema nos dirá lo que aquel individuo hará con su vida o, por lo menos, lo que intentará hacer. Ya que si ese Sol se viera penalizado por los malos aspectos planetarios, esto significaría que ha de encontrar muchos obstáculos a la realización de su Programa y que los aspectos disuasorios son tan fuertes que la persona optará por no dar curso a sus impulsos internos y navegará por la vida como un barco en perdición, al azar de los vientos, o sea al azar de las ideas convencionales que le vienen de la sociedad, incapaz de poner proa en un viaje que, más que nunca, será a ninguna parte. Por ello los malos aspectos sobre el Sol es lo peor que podemos tener, porque actúa contra la Voluntad Creadora, que es la fuente de todos los acontecimientos que luego nos sucederán y que nos permitirán cosechar experiencias, y convierten nuestra existencia en una rutina, un marasmo inútil, generador de parásitos.

Por el contrario, cuando el Sol recibe buenos aspectos, ello significa que nuestros Programas internos recibirán asistencia por parte de la sociedad y que se cumplirán los objetivos fijados por el Yo Eterno y por el Yo Emotivo. La situación del Sol en un horóscopo nos permitirá pues percatarnos de si el individuo tendrá una vida fácil o difícil y cuales serán sus circunstancias.

La posición del Sol en signos de Fuego (Aries, Leo y Sagitario) nos indicará que la persona inicia un ciclo experimental que se encuentra en un terreno nuevo y del mismo modo que los exploradores se ven en la obligación de desplegar una gran actividad creadora, esas personas serán igualmente creativas, activas, emprendedoras, generadoras de vida.

Si el Sol está en signos de Agua (Cáncer, Escorpio o Piscis) significará que su Programa es de tipo sentimental, que han de realizar experiencias emocionales y serán poco lógicas en su comportamiento, porque no han venido a este mundo para aprender a pensar, sino para aprender a sentir. Esas personas suelen arrastrar una carga muy fuerte de karma, porque proceden del ciclo de Fuego, en el que tal vez hayan actuado desconsideradamente, pase lo que pase, y ahora se encuentran con los efectos de las causas que en una anterior vida pusieron en circulación.

La posición del Sol en signos de Aire (Libra, Acuario y Géminis), indica que la persona trabaja en el tercer ciclo experimental y que ha venido para aprender a manejar la lógica y la razón. Serán los intelectuales y los que tendrán un comportamiento más previsible, porque actuarán según los parámetros de la lógica universal. Ya habiendo liquidado su karma en el ciclo anterior, su existencia será relativamente tranquila, y se verá ayudado por los numerosos amigos que tiene en todas partes.

La posición del Sol en signos de Tierra (Capricornio, Tauro y Virgo) nos dirá que el individuo se encuentra en la fase terminal de un gran ciclo de experiencias y que trabajará en los asuntos prácticos, en los negocios, en la construcción de la sociedad. Serán gente con dinero, con medios para poder experimentar lo que ocurre cuando se ponen las manos en la masa y se agita la materia.

Así pues, cuando el Sol forma malos aspectos en signos de Fuego, diremos que el individuo tendrá dificultades de orden moral. Cuando forma malos aspectos en signos de Agua, Tendrá problemas emotivos o sentimentales. Cuando forma malos aspectos en signos de Aire, tendrá ideas torcidas, y cuando forma malos aspectos en signos de Tierra, los negocios le irán mal.

EL SOL ES EL GRAN CONFIGUARADOR ASTROLÓGICO DE NUESTRA CONCIENCIA, QUE NOS PERMITE JUZGAR SI AQUELLO QUE NOS DISPONEMOS HACER ES POSITIVO O NEGATIVO.

En el curso del año, el Sol atraviesa los doce signos del Zodíaco, iluminando por espacio de unos mes, un determinado espacio de nuestra vida. Rige nuestro corazón, es por consiguiente el dador de vida. Tanto mejor, si un eclipse no se cruza en nuestro camino.

Por su polo negativo, el Sol proporciona a la Conciencia los frutos de la experiencia vivida. El Sol es el formador de la Conciencia, que es el vasto receptáculo interno en el que se acumula la quintaesencia de todo lo vivido a lo largo de la cadena de encarnaciones. Cuando esa quintaesencia sube como un perfume para que el Eterno que hay en nosotros coma la experiencia, se encuentra con la barrera del Sol que fiscaliza la mercancía para ver si es conforme a las leyes universales o si no lo es. Si resulta conforme, la deja pasar hacia el Eterno y aquello queda integrado en nuestra conciencia. Si no lo es, el fruto de la experiencia es rechazado pasa al depósito universal de desperdicios, en espera de una nueva reconsideración. De esa forma, poco a poco, el Sol va constituyendo en nosotros ese elemento de juicio que llamamos Conciencia y que nos permite juzgar por nosotros mismos si aquello que nos disponemos a hacer es bueno o malo, sin necesidad de que sea el Eterno quien tenga que decírnoslo. Hay personas que han vivido muchísimas vidas que tienen una Conciencia muy elaborada. Otras, habiendo vivido menos, tienen una Conciencia poco operativa.

La Casa Terrestre en la que el Sol se encuentra en el momento de nacer, nos dirá cual será el comportamiento de nuestra vida q8e se verá iluminado, o sea, aquel en el que veremos las cosas claras y, por consiguiente, nos será posible actuar, puesto que allí donde reina la oscuridad poco podemos hacer. Por eso es muy importante fijarnos bien donde se emplaza el Sol y nos permitirá caer en la cuenta de si el individuo tendrá una vida fácil o difícil y cuales serán sus circunstancias. En el curso del año, el Sol atraviesa los doce signos del Zodíaco iluminando, por espacio de un mes, un determinado escenario de nuestra vida, de modo que, si durante toda nuestra existencia debemos trabajar en el escenario en el que se sitúa nuestro Sol de nacimiento, cada mes deberemos trabajar en lo pequeño, en el escenario que el Sol en tránsito ilumina.

El Sol rige el signo de Leo, del que emanan los valores morales que sostienen el Universo. El Sol se encarga de transmitirnos las semillas de Leo para que podamos plantarlas en la sociedad en la que vivimos. El Sol rige el corazón y es, por consiguiente, dador de vida. Los niños que nacen durante un eclipse de Sol, difícilmente serán viables. Lo que se lleva a cabo cuando el Sol está eclipsado, tampoco durará.


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