Saturno
La necesidad de responsabilidad.
El planeta Saturno, con un diámetro de
La mitología griega cuenta que Cronos (Saturno) primero castró a su padre Urano y luego devoró a sus propios hijos para evitar que pudiesen sustituirle en el gobierno del mundo. Se le representaba como un viejo, con una hoz en la mano, y a veces llevando un reloj de arena, simbolizando el paso del tiempo, “El Padre Tiempo que todo lo engulle”.
Por lo tanto, en la astrología Saturno es considerado el planeta del tiempo y del karma. El karma es la ley de causa y efecto, y se entiende que Saturno se encarga de enfrentarnos con las consecuencias de nuestros actos. Eso se presenta especialmente a los 29 y los 58/59 años, cuando Saturno regresa por tránsito a su posición original, formando una conjunción con el Saturno natal. Es un tiempo de reflexión, cuando miramos atrás y valoramos lo que hemos hecho hasta ahora para corregir los errores y seguir adelante con más madurez.
Saturno simboliza el pasado, la tradición, el padre, la autoridad o cualquier principio restrictivo y formador. La posición de este planeta en la carta astral indica la esfera donde tenemos que solucionar viejos problemas y superar inhibiciones y temores que provienen del pasado, incluso vidas pasadas.
Por otro lado positivo, Saturno representa cualidades como el sentido de responsabilidad, la constancia, el trabajo y la determinación. Representa al desarrollo del valor personal. Otorga la conciencia que la compensación es un resultado directo de un esfuerzo personal y una actitud responsable. Saturno es la sabiduría que resulta de una aplicación meditada del conocimiento. Su afinidad natural es con el signo Capricornio, aunque, junto con Urano, rige también en Acuario.
Según Kabaleb, Saturno es el rostro visible de Jehová, llamado Binah por los cabalistas. Es el Dios que ha estado presidiendo hasta hoy los trabajos de
Saturno es el Dios de las reglas, de las leyes. Ha diseñado el sistema solar, de acuerdo con la voluntad del Padre, llamado Kheter por los cabalistas, y por consiguiente, sabe cómo funciona y su misión es enseñarnos las particularidades de su utilización. Saturno es pues, el instructor, el que nos enseña las reglas u modela nuestro comportamiento para que nosotros también funcionemos al unísono con ellas.
Por ello Saturno no tiene muy buena reputación entre los astrólogos. Tiene fama de ser nefasto y de no ser muy positivo, incluso cuando forma buenos aspectos. Y es que su dinámica siempre resulta restrictiva cuando el individuo se deja llevar por sus sentimientos, puesto que el mundo de las emociones no se somete ni a leyes ni a reglas, y cuando encuentra una fuerza que lo constriñe, que obliga a las emociones a transcurrir por determinados cauces, el cuerpo emocional se rebela y tilda al instructor del enemigo acérrimo.
Pero Saturno no es una fuerza que Dios haya puesto en el Universo para fastidiar a la persona, sino que está ahí para conducir su inteligencia hacia el descubrimiento de la verdad.
Cuando la conducta humana no se adecua a las reglas cósmicas, Saturno avisa mediante el dolor. No es que sea un centro productor de dolor, entiéndase, sino que en el sistema instituido por él, el dolor es un subproducto de la transgresión y es el mayor bien que pueda sernos dado, ya que de otra forma, si no existiese el dolor., nuestra conducta errónea nos destruiría. En efecto, ¿qué ocurriría si se nos antojase poner el brazo en una hoguera, si el dolor no nos avisara de que se está quemando?. El brazo se nos caería, calcinado, irremediablemente ¿Qué pasaría si nos gustara estrellar la cabeza contra la pared, de no existir el dolor?, Seguiríamos en nuestro empeño hasta que nuestra cabeza estallase. El dolor nos obliga a movernos dentro de ciertos límites, y, al descubrir esos límites, descubrimos a la vez las leyes sobre las que se asienta el Universo.
A su paso por los signos del zodíaco, Saturno nos instruye sobre la manera correcta de utilizar los materiales de dichos signos, del mismo modo que un maestro artesano instruye a sus aprendices sobre la forma de construir. Saturno da la vuelta completa al zodíaco en treinta años, permaneciendo en cada signo dos años y medio. Si somos obreros aplicados, podemos aprender mucho en el curso de una vida y aprendemos sobre todo, la dinámica del signo en el que Saturno se encontraba en el momento de nuestro nacimiento, ya que esa instrucción la recibimos toda la vida.
Saturno actúa sobre la mente y esto significa que tiene poca influencia sobre las personas que se dejan llevar por sus emociones. En la edad juvenil, las emociones son las que imperan y mientras eso dura, Saturno espera sentado al pié del hogar, como ese padre del hijo pródigo, que esperaba día a día a que su hijo dilapidara su fortuna. Cuando este hijo hambriento, cansado y enfermo regresó a su hogar, ese padre Saturno se puso en camino para recibirlo y abrazarlo. Y en el hogar el hijo pudo restablecerse y superar todos sus males.
Cuando Saturno recibe buenos aspectos, nos indica que los planetas aspectantes se someten a su disciplina y que la fuerza que emana de ellos será canalizada por el individuo de acuerdo con las reglas saturnianas. En cambio, los malos aspectos indican que se produce un estado de rebelión de las fuerzas planetarias mal aspectadas y que impulsarán al individuo a actuar fuera de las reglas, y, en este caso, aparecerá el dolor como señal de que la actividad emprendida no es posible.
Saturno rige los signos zodiacales de Capricornio y Acuario. Con las fuerzas del primero Saturno edifica la sociedad justa, utilizando a la persona para que construya edificios o sistemas políticos inspirados en las divinas reglas. En Acuario, Saturno prepara los intelectos humanos para que puedan entender las leyes universales y puedan aplicarlas al medio social en que viven.
En la actividad social, Saturno rige a los jueces y legisladores, a la cámara legislativa, a los filósofos, influenciando también a los quedesean retirarse del mundo para buscar la verdad.
Astronomícamente Saturno dispone de 15 cuerpos. Desde el interior, Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Titán, Hiperión, Japeto y Febe, descubiertos con un telescopio. Los otros seis son cuerpos pequeños cuyas órbitas son interiores a la de Mimas, y fueron descubiertos por la nave Voyager en 1980. Un sistema de centenares de anillos yace en el plano ecuatorial del planeta. El satélite Jano, que tiene su órbita dentro de la de Mimas, fué descubierto en 1966 y desde entonces muy pocas veces ha podido ser fotografiado; probablemente se identifica con uno de los 6 satélites descubiertos por el Voyager pero no ha sido posible localizarlo.
Publicar un comentario